"Recuerdo
con especial cariño, dentro de mis vivencias costaleras, la pertenencia a la
cuadrilla de costaleros del Stmo. Cristo de San Agustín.
Como en todo lo relacionado con lo referente
al costal “granadino” llegué de la mano del “abuelo”, el año anterior había
sufrido un “leve fiasco” en mi intento de formar parte de una cuadrilla
granadina, y Luis Francisco, conocedor de mi decepción, me invitó a acudir a la
igualá de la cuadrilla del divino protector. Aquella invitación no quedó en el
olvido, y allí que me presenté a pedir sitio.
Siempre he sentido especial devoción por el crucificado de
San Agustín, las cuadrillas de silencio me llaman especialmente y me gustaba el
trabajo y las formas de la cuadrilla comandada por Miguel Almagro, a la postre
sería su último año.
Estaba bastante ilusionado con la idea de poder entrar, y
ese fue el pensamiento que rondaba mi cabeza durante todo el camino desde Úbeda
a Granada el día que teníamos la cita; finalmente tuve hueco y junto conmigo
entró mi buen amigo y compañero de batallas Pablo Moya.
Solo un año estuve bajo sus trabajaderas, pero disfruté
enormemente los ensayos, aprendí y conocí gente estupenda;y el Lunes Santo
rebasó ampliamente mis expectativas, no olvidaré el racheo y el andar del
Señor, de recogida en la oscuridad de San Antón.
2 comentarios:
Una muy buena experiencia sin duda. Aunque normalmente me gustan todas las cuadrillas, pues cada una tiene su estilo, las de silencio sí que tienen algo especial, pues se puede escuchar el racheo de su sentimiento. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
Asi es Pepe, las cuadrillas de silencio tienen algo especial...la música del silencio es la más bonita de todas. Un abrazo desde Granada
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